Asesinatos en la amazonía peruana

Presidente:

Las noticias que llegan a España desde su país acerca de las matanzas
de indígenas como consecuencia de la concesión del gobierno peruano
del permiso de explotación de importantes recursos energéticos y
agro-alimentarios a compañías trasnacionales en la región de la
amazonía peruana, me ha dejado el corazón encogido. Mucho más después
de ver las brutales fotografías, enviadas por religiosas que viven
allí, en las que aparecen seres humanos, como usted y como yo, Señor
Presidente, asesinados por el único delito de haber defendido la vida:

http://www.flickr.com/photos/34173573@N08/sets/72157619302465028/show/

Todo es un despropósito: destruir la naturaleza para saciar la
ambición de unos cuantos tiburones iguales a los que últimamente han
asolado el planeta; asesinar a pacíficos habitantes de una zona cuyos
ancestros la han preservado para que llegue hasta nosotros en las
mejores condiciones ecológicas posibles; catalogarlos como terroristas
por argumentar con razones fundadas; utilizar a fuerzas de seguridad,
integradas mayoritariamente por gente del pueblo, a las que
previamente se les ha lavado el cerebro para que asocien a sus
hermanos con el enemigo y con el objetivo a batir.

Todo es perverso y repugnante. Y usted y su gobierno son responsables
de que se haya llegado a ese estado de cosas.

Parecería que últimamente a todos los políticos del mundo los reúnen
periódicamente en un aula de algún lugar y les enseñan lo que tienen
que repetir como papagayos a los ciudadanos de sus respectivos países:
que todo lo que vaya en contra de lo que ustedes dicen es terrorismo.

Dejen de tratarnos como a imbéciles para tapar y ocultar sus enormes
intereses económicos y su mediocridad. Yo también soy un terrorista,
Señor Presidente, porque de haber estado en el lugar de los indígenas
me hubiera comportado como ellos.

Ordene de inmediato el cese de las matanzas en Bagua y abra, si se
atreve, diligencias para aclarar lo ocurrido y exigir
responsabilidades.

De lo contrario, usted sabe el juicio que muchos nos formaremos de
usted y su gobierno, y sabe también que muchas personas, en muchas
partes del mundo, trabajaremos con todos los medios a nuestro alcance
hasta conseguir que se esclarezca la verdad y los culpables sean
juzgados.

Pedro J. Larraia Legarra

Por los derechos humanos en todo el mundo

Gracias a Nancy que me envió esta nota.