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viernes, 30 de abril de 2010

Un susto que fue “jodita”

Publicado en Pagina 12.
Matías Alé se apareció en un humilde pueblito de Apipé, Corrientes, posando como empresario canadiense y ordenando a los habitantes mudarse antes del martes. Pero era una "acción solidaria" para Showmatch.
 
 Por Carlos Rodríguez

La isla de Apipé, en Corrientes, está pegada a la represa binacional argentino-paraguaya de Yacyretá, que de hecho se llama Yacyretá-Apipé, aunque pocos mencionan su nombre completo. La isla es un lugar hermoso y tranquilo donde viven unas dos mil personas que desde 2005 han avanzado en lo que hace a la posesión "legal" de sus tierras. Por historia les pertenecen, ya que sus ancestros están instalados allí desde fines del siglo XIX. Desde el martes, los pobladores de Colonia Uriburu, una de las dos que hay en la isla –la otra es la San Antonio– viven momentos de tensión e incertidumbre. "Ese martes, a mediodía, llegaron unos supuestos empresarios canadienses que les comunicaron que las 237 familias que viven allí tienen que irse el martes próximo, porque ellos habían comprado las tierras. Y si no se iban, los iban a desalojar por la fuerza, además de derrumbar con topadoras sus casas y la escuela del pueblo", relató a Página/12 Mariana Zarza, dirigente peronista local y promotora territorial del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación. Lo extraño del caso es que "los que vinieron no son empresarios sino miembros de Ideas del Sur, la productora de Marcelo Tinelli, que están haciendo 'una jodita para Showmatch' que ha creado una situación muy fea". La producción de Tinelli confirmó todo, pero dijo que es una "acción solidaria" para entregar a los pobladores una lancha y construirles un puerto.

La broma consiste en haber filmado la desesperación de los pobladores, de ascendencia guaraní, poco habituados a este tipo de exposición. Todo terminará, para los lugareños, con el premio consuelo –después de tanta angustia– de una lancha que les servirá para mejorar sus viajes cotidianos hasta la cercana ciudad de Ituzaingó, a la que se llega cruzando un brazo del río Paraná. La primera información sobre el tema le llegó a este diario por intermedio de la ex detenida-desaparecida Vilma Gómez, actual asesora del diputado nacional Mariano West. Zarza no sólo confirmó lo adelantado por Gómez, sino que precisó que los supuestos empresarios llegaron a Colonia Uriburu en autos oficiales, uno de los cuales pertenecía al viceintendente de Apipé, Favio Camparini.

La intendente Mónica Romero, consultada por Página/12, corroboró que uno de los autos era de Camparini, pero después sostuvo que no estaba en condiciones "de confirmar ni desmentir" ninguna de las dos posibilidades: que sean verdaderos empresarios canadienses que pretenden desalojar a los pobladores o que se trata de una más de las "bromas" del ciclo que conduce Marcelo Tinelli. Las autoridades locales están alineadas con el radicalismo y a nivel nacional responden al vicepresidente Julio Cobos. Este diario se comunicó con la vocera de prensa de Ideas del Sur, María Calatayud, quien sobre el cierre de esta edición respondió al llamado.

Calatayud afirmó que en Showmatch "ya no se realizan cámaras ocultas desde el año pasado", de manera que rechazó la posibilidad de que se haya hecho algo en ese sentido. De todos modos, con posterioridad confirmó que se trataba de una "acción solidaria" que tuvo todos los elementos que mencionó Zarza en su denuncia. "Este año, lo único que se está haciendo son acciones solidarias que no tienen ninguna intención negativa, todo lo contrario". Precisó, en ese sentido, que uno de los famosos que participará de esas "acciones solidarias" es Matías Alé, el ex novio de Graciela Alfano. "Sabemos cuál es la situación que se ha planteado, pero tenemos en Apipé un equipo de producción que está solucionando todos los problemas y que mañana (por hoy) se va a reunir con la gente."

La conflictiva situación, entre los habitantes de Colonia Uriburu, derivará hoy en una asamblea general convocada por el peronismo local para las 10.30. "El propósito de la reunión es el de llevar tranquilidad y explicarles a las familias que se trata de una broma de muy mal gusto, ellos están muy asustados porque hace cuatro meses tuvieron un problema similar, esta vez con un grupo de empresarios coreanos que llegaron al pueblo con topadoras y vehículos de todo tipo, con el mismo discurso de que habían comprado las tierras y que ellos tenían que dejar sus casas de inmediato", explicó Mariana Zarza.

En esa ocasión, los vecinos "se organizaron y resistieron la amenaza, hasta que los empresarios se fueron del lugar sin concretar sus propósitos. Ahora, por distintas vías, sabemos que se trata de una 'jodita de Tinelli', pero tenemos que darle una explicación a los vecinos, porque en Uriburu no hay luz eléctrica, nadie ve televisión y nadie entiende ni hace este tipo de bromas", insistió Zarza. Hasta hace poco tiempo, la energía que produce Yacyretá-Apipé y que cubre cerca del 20 por ciento de la demanda en todo el país, no llegaba a la isla que le regala a la represa parte de su nombre.

"Ahora tenemos luz eléctrica producida por Yacyretá sólo en San Antonio, pero todavía no llegó a Uriburu." La escasa energía con la que cuentan es producida por un generador a gasoil. "Nosotros hicimos un seguimiento para saber qué es lo que estaba pasando y llegamos a la conclusión, por vía de una fuente oficial, que se trataba de una broma de Tinelli", insistió Zarza. Explicó que la primera consulta la hicieron con el Instituto Correntino del Agua y el Ambiente (ICAA), cuya titular, Mariana Figueroa, les hizo saber que el organismo, que es el encargado de todo lo que tenga que ver con el manejo de las tierras, "no tenía ninguna información sobre la presencia de empresarios extranjeros en Apipé".

Poco a poco fueron subiendo por la cadena de mandos civiles, pasando por la intendente de Apipé, el alcalde de la vecina Ituzaingó, Manuel Valdez, y el ministro de Gobierno y Justicia de la provincia, Gustavo Valdez. "Finalmente, la señora intendente le confesó a uno de los pobladores que había recibido 'órdenes de arriba' (en alusión al gobierno provincial) para colaborar con la broma. Lo mismo dijo después el secretario de Obras Públicas, Carlos Sagundez". Por estas razones, hoy se hará la asamblea general, luego habrá una marcha hasta la sede de la intendencia de Apipé y mañana se hará "una presentación judicial ante el fiscal de Ituzaingó Eugenio Balvastro para que investigue el caso porque, aunque nadie lo termina de confirmar oficialmente, son muchos los voceros oficiales que lo están admitiendo en voz baja".

La intendente Mónica Romero dijo, al ser consultada, que en principio ella tenía entendido que "se trataba de empresarios canadienses que decían tener documentación que los acreditaba como dueños de las tierras, pero la verdad es que no pudimos analizar, todavía, la supuesta documentación". En lo que respecta a la versión según la cual se trataría de una broma de Showmatch, Romero también eludió una respuesta concreta: "No sé nada, es lo que están diciendo, pero yo no tengo ninguna confirmación de nada. Mañana (por hoy) me voy a reunir con los pobladores y voy a analizar la situación, para poder saber a qué atenerme".


JOAQUIN DANIEL CASTAÑO.
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jueves, 15 de abril de 2010

Fwd: De León Gieco: Te acordás Reutemann de Pocho Lepratti??

Pocho, ¿Te acordás Reutemann?.....El ángel de la Bicicleta - Pocho Lepratti:

El 19 de diciembre de 2001, la ciudad de Rosario se quedó sin el Ángel de la Bicicleta. Claudio "Pocho" Lepratti, de 35 años de edad, quien supo hacer del compromiso y la solidaridad una forma de vida, cayó asesinado por la policía, fusilado de un tiro que le reventó la tráquea, efectuado con un perdigón de plomo de una escopeta calibre 12,70, disparado por el policía Esteban Velásquez a siete metros de distancia. Pocho, parado sobre el techo de la escuela donde preparaba la comida para los alumnos, intentó frenar la represión desmedida contra la gente. Gritó a un patrullero que se dirigía a la multitud disparando tiros al aire, y el vehículo policial dio la vuelta. Los oficiales se bajaron apuntando sus armas a Pocho, quien gritó:
-¡Bajen las armas! Acá sólo hay pibes comiendo.
El disparo lo arrojó hacia atrás y su cuerpo se desplomó sobre el techo de chapa.

En ese entonces, el Gobierno de Fernando de la Rúa y su fantasmal Alianza se desmoronaban como una marioneta desarticulada. La continuidad del modelo neoliberal menemista, la concentración de la riqueza, la ciega obediencia al FMI, la política de ajuste, el desmesurado aumento del desempleo y la vertiginosa multiplicación de la pobreza, provocaron una desesperante situación en todo el país. Los postergados de siempre, desocupados e indigentes, ganaron las calles y salieron a tomar de los supermercados los alimentos que la proclamada democracia cotidianamente les negaba.
El Gobierno, arrinconado, no asimiló la gravedad de los hechos. Dispuesto a proteger más sus mezquindades que a cubrir las necesidades de la gente, pretendió sostenerse en el poder a cualquier precio: no ordenó combatir el hambre sino a los hambrientos. Las fuerzas policiales salieron a cazar, no a los denunciados sino a los denunciantes. Los pobres no debían ser asistidos, sino replegados afuerza de golpes y balas nuevamente hacia los barrios, detrás de los muros.
En esas jornadas, la ciudad de Rosario, con un alarmante índice de pobreza, se articuló a la situación nacional. Con más del 20%de desocupación, y más del 10% de la población en villas miseria, la gente se hizo oír.

Pocho Lepratti trabajaba como auxiliar de cocina en el comedor de la escuela número 756 "José M. Serrano" de Las Flores, un barrio duramente azotado por la desocupación y la pobreza, cuyos vecinos se encontraban sumamente movilizados el día 19 hasta que se desató la represión. Pocho se mantuvo expectante durante todo el día. Junto con sus compañeros,subía al techo de la escuela, desde donde se ve la avenida de Circunvalación, una las principales arterias de circulación de la ciudad. El conflicto se desarrollaba a más de 300 metros de la escuela, y cuando pasó el móvil 2270 del comando radio eléctrico, disparando hacia el aire, a reprimir la movilización, Lepratti los increpó a detenerse, porque las balas podían herir a alguno de los niños de la escuela. Fue entonces cuando el patrullero dio la vuelta y se detuvo frente a Pocho. El agente Velásquez, que salió de la parte posterior junto con el agente Pérez, hizo el resto.
La policía, que suele proclamarse una institución al servicio de la comunidad, en momentos de tensión muestra sin reparos su verdadera esencia de pandilla que responde a intereses criminales. Los policías actuaron con la impunidad que les otorgó el Estado para matar a los excluidos. Entre el 19 y 20 de diciembre,mientras oscuros personajes eran protegidos en lujosas mansiones, los luchadores sociales eran asesinados en las calles. La represión dejó un tendal de muertos en todo el país, una innumerable cantidad de heridos miles de detenidos. El mensaje fue claro: el que no se resigna a morir de hambre, muere de bala o cárcel. En este marco, el asesinato de Pocho no fue casual. Él fue elegido por la fuerza pública, fue asesinado como un blanco estratégico.

Pocho estaba comprometido con la fe cristiana. En 1986, a los 20 años, ingresó como seminarista en el instituto salesiano "Ceferino Namuncurá"de la localidad de Funes, provincia de Santa Fe, donde se preparaba para ejercer como hermano coadjutor. Él y sus compañeros seminaristas visitaban distintos barrios durante los fines de semana y hacían trabajos con los jóvenes y los más chicos. De esta manera, y durante cinco años, estuvo en contacto con la gente humilde, y le entusiasmaba la idea de dar mayor continuidad y profundizar esa tarea, pero la Iglesia intentaba convencerlo de que debía posponer ese objetivo para más adelante. Pocho no quería esperar, quería actuar de inmediato, y planteaba estar más tiempo en la villa, cerca de la gente, más comprometido con el barrio. Él pensaba que la fe y la acción no debían marchar separadamente, él quería creer haciendo, y fue ese modo de pensar lo que despertó una contradicción en su misión religiosa. La institución salesiana le negó la propuesta, argumentando que aún le faltaba preparación y que ya habría tiempo para dedicarse a esas actividades más intensamente. Pocho se encontraba en la última etapa del seminario y ya había tomado los votos de castidad y pobreza, pero cuando debió tomar los votos de obediencia decidió abandonar la institución y renunciar a la carrera religiosa. Decidió instalarse directamente en una villa de Rosario ubicada en el barrio Ludueña Norte, donde continuó con sus votos de pobreza y castidad.
En el barrio comenzó a trabajar en comedores populares y docencia solidaria junto con Edgardo Montaldo, un sacerdote emblemático del lugar, con más de 30 años realizando actividades junto a los vecinos. A partir de entonces Pocho abrió y coordinó talleres participativos de formación y aprendizaje, a favor de la educación popular y en contra de la exclusión social. Creó alrededor de diez grupos juveniles, a partir de los cuales abordó y difundió temáticas vinculadas al VIH, salud mental, trabajo infantil y derechos humanos. También impulsó la apertura de talleres de guitarra y organizó campamentos.
De este modo, muchos jóvenes que andaban desocupados y desorientados, alimentando el negocio de la droga y la delincuencia, se vieron contenidos en los talleres y las inquietudes de Pocho.
Junto a otros militantes, Lepratti fundó en 1993 la agrupación conocida como "La Vagancia", que aglutinó una gran cantidad de jóvenes del barrio orientados a desarrollar diversas actividades. La Vagancia surgió en la Comunidad Sagrada Familia, como un espacio de organización juvenil dispuesto a reivindicar y defender los derechos de los mismos jóvenes.
El grupo solía organizar actividades de cultura popular y música en los espacios públicos, y junto a sus integrantes Pocho se acercó al Centro de la Juventud de la Municipalidad, donde coordinó talleres y organizó cine debate, entre muchas otras actividades, con el objetivo de rescatar la propia historia y la dignidad de estos jóvenes.
Tiempo después "La Vagancia" impulsó, junto con otros grupos, el surgimiento de la revista Ángel de Lata, editada y distribuida por los mismos chicos en situación de riesgo.
Claudio Lepratti además trabajó en la Cocina Centralizada y militó activamente en su condición de empleado estatal. Mediante un acuerdo entre la Municipalidad de Rosario y la Vicaría del Sagrado Corazón del padre Montaldo, trabajó desde el Centro Crecer número 19. Allí repartía semillas a los vecinos del barrio, y el salario que percibía por realizar esta actividad lo destinaba completamente a las actividades del grupo "La Vagancia".
Pocho se entregó incondicionalmente a luchar contra la exclusión social y tenía la enorme capacidad de ver al otro como un hermano. En su vida cotidiana, supo acompañar con los hechos sus palabras y sus pensamientos. Quienes lo conocieron, aseguran que no imponía sus ideas como pensamiento único sino que se preocupaba por hacer circular la palabra y despertar el pensamiento crítico. Los jóvenes que estuvieron junto a él recibieron un valioso legado para enfrentar la adversidad con creatividad y propuestas, sin bajar nunca los brazos y continuar con los estudios a pesar de los obstáculos.
Pocho y su bicicleta eran compañeros inseparables. Cada día, atravesaba pedaleando la ciudad, cubriendo un recorrido de entre ocho y diez kilómetros. Con frío o calor, con lluvia o viento, llegaba a todas partes sobre su rodado. Ésta fue la causa por la que es recordado como un ángel con alas montado en su bicicleta. Cuando recibió el disparo, Pocho cayó hacia atrás y comenzó a desangrarse desplomado sobre el techo de la escuela. Después de haberlo ejecutado, los policías se retiraron sin atender los gritos de auxilio de las demás personas que se encontraban con Claudio. La intención de los agentes era dejarlo morir desangrado ahí mismo.
Pocho fue velado en el patio de la escuelita del padre Edgardo, con el marco de una impresionante muestra de dolor popular. Cientos de personas quisieron darle un último abrazo, antes de que su cuerpo fuera trasladado a Concepción del Uruguay, la tierra que lo viera nacer y en donde ahora descansa.
Luego de su muerte, la Biblioteca Popular Pocho Lepratti fue abierta en su homenaje. Ofrece distintos talleres y se propone recuperar mediante la educación popular, el trabajo que Pocho venía realizando en contra de la exclusión social y por una sociedad igualitaria y participativa.
En el lugar se realizan talleres reflexión, arte, teatro, guitarra, murga y serigrafía. Los jóvenes aprenden oficios que les permiten conseguir empleo, y de allí salen las banderas, las remeras vinculadas a la identidad de este espacio, que también trabaja en coordinación con otros movimientos sociales.
Hoy a Pocho lo llaman Pochormiga. La unión de las dos palabras apareció después de su asesinato, a modo de memoria colectiva y como una reivindicación del trabajo. Él decía que el trabajo de una hormiga quizás pase desapercibido, pero que dos, tres o cuatro ya van haciendo un camino, y muchas miles juntas tienen más fuerza que un elefante. Además, Pocho alentaba a trabajar sin estar pendiente de los resultados, porque sostenía que era el esfuerzo sostenido lo que dejaría una simiente.
Hoy es un símbolo de lucha y solidaridad, dignidad y trabajo. Su nombre se encuentra en las pancartas, en los afiches, en los volantes, en las canciones. Su nombre es recordado en diversos murales y en numerosos festivales, encuentros y manifestaciones. Cientos de paredes rosarinas rezan leyendas de "Pocho vive", "Pocho: tu lucha seguirá", "Pocho vive en el corazón y en los rostros de los que exigen justicia", o "Pocho nos muestra el camino".
Una gran cantidad de comedores populares lo recuerda como un emblema.
Pocho también es representado por una de las tantas bicicletas pintadas en las paredes de Rosario, las cuales evocan a los luchadores que el Estado se llevó y que jamás volvieron.
En Argentina, mientras los bufones y padrinos se multiplican en los cargos públicos y siguen definiendo nuestro destino, los referentes sociales siguen siendo asesinados, siguen siendo desaparecidos.

Por León Gieco.